El "Besikke salu" es un antiguo ritual kazajo asociado con el nacimiento de un niño. Se celebra en el momento en que el bebé se coloca por primera vez en el "besik", una cuna mecedora tradicional kazaja. Se dice que el "besik" es el nido dorado del bebé, por lo que este ritual ocupa un lugar especial en las celebraciones familiares.
El evento festivo se acompaña de un suntuoso dastarkhan, invitaciones, canciones y buenos deseos, y a menudo se le llama "juguete del Besik", una festividad que se celebra con motivo de la colocación del bebé en la cuna.
La cuna se prepara con esmero: se decora con cintas brillantes, mantas nuevas, almohadas y colchones de plumas. Según la tradición, el "besik" lo trae la abuela materna, lo que realza la conexión intergeneracional. La primera vez, la tarea de colocar al bebé en la cuna se confía a una mujer experimentada y respetada, generalmente una abuela o una mujer con autoridad especial. Esto se considera un gran honor. Antes de acostar al bebé, se realiza el ritual de fumigar el besik con humo, lo cual ahuyenta los malos espíritus y lo protege del mal de ojo. A continuación, se realiza un ritual alegre y simbólico: "Tyshtyrma". Se pasan caramelos, kurt y dulces por el agujero en la base de la cuna, destinado a la olla, diciendo: "¡Tyshty! ¡Tyshty!", como si se invocara la prosperidad y el bienestar del hogar, que acompañan al nacimiento de un niño. Los invitados recogen los dulces y los distribuyen entre los niños para que todos compartan la alegría del nacimiento.
Después, se envuelve cuidadosamente al bebé y se lo coloca en la cuna, y las mujeres presentes cantan una canción de cuna: "Besik zhyry", llenando el ambiente de palabras amables, calidez y amor.