Las tradiciones nupciales en Kazajistán son todo un sistema de rituales, que comienza con el emparejamiento y continúa incluso después de la primera noche de bodas. Estas tradiciones incluyen muchas reglas y costumbres no escritas y siempre se han considerado uno de los eventos más importantes en la vida de todo kazajo.
En el pasado, los matrimonios a temprana edad solían celebrarse: las niñas podían tener solo 13 o 14 años, y los niños, 14 o 15. En ocasiones, los matrimonios se determinaban con antelación, incluso antes del nacimiento de los futuros cónyuges, por acuerdo entre las familias.
Hoy en día, algunas costumbres han perdido relevancia debido a los cambios en las normas sociales y morales, así como en relación con la legislación vigente. Por ejemplo, el rapto de la novia, antes considerado parte de la tradición, ahora está penado por ley. Sin embargo, algunos ritos y rituales están experimentando un resurgimiento y se están convirtiendo de nuevo en parte de la vida cultural.
De particular importancia siempre ha sido el "Adat", un conjunto de normas y prohibiciones tradicionales. Una de sus principales reglas es un estricto tabú sobre el matrimonio entre personas relacionadas por lazos familiares hasta la séptima generación. Por eso la mayoría de los kazajos conocen su genealogía al menos hasta el séptimo antepasado. El "Adat" también incluye una regla sobre la diferencia de edad: la novia no debe ser mayor de 8 años que el novio, y este no debe ser mayor de 25 años que la novia.
"Kyz ayttyru" — conspiración
Los padres comenzaban a buscar una novia para su hijo mucho antes de que este alcanzara la mayoría de edad. Recorrían los pueblos, conocían familias respetables, averiguaban sobre la genealogía de las niñas y su herencia. Si encontraban una candidata digna, expresaban su deseo de convertirse en casamenteros.
A veces, amigos cercanos llegaban a un acuerdo preliminar para casar a sus hijos en el futuro. Este acuerdo se llamaba "Bel kuda".
También existían otros tipos de acuerdos sobre una futura boda, cada uno con sus propias características y reglas.
Una alternativa al emparejamiento tradicional podía ser el "Kyz koru", una especie de ceremonia de noviazgo donde un joven podía elegir él mismo a su futura esposa. Sin embargo, no todos podían hacerlo; solo los hijos de familias nobles, guerreros famosos y batyrs, que ostentaban una alta posición y autoridad en la sociedad.
"Kuda tusu" - Emparejamiento
El proceso de emparejamiento en la tradición kazaja era complejo y constaba de varias etapas. El primer paso lo realizaba un mediador llamado "zhaushi": este se dirigía al padre de la novia con una propuesta para crear una alianza entre las familias. Si el padre de la novia daba su consentimiento, el "zhaushi" le regalaba un caballo como muestra de respeto y seriedad de intenciones, y a cambio recibía un shapan festivo, una vestimenta tradicional que simbolizaba la aprobación.
La siguiente etapa era el emparejamiento principal, "Kuda tusu", durante el cual el padre del novio se presentaba personalmente al padre de la novia. Aquí se realizaba la presentación oficial de las dos familias, en una mesa común; comían de los mismos platos, como símbolo de futura unidad. En esta etapa, se intercambiaban regalos y se firmaba una especie de contrato matrimonial. Negarse a aceptar después de esta etapa se consideraba una infracción grave y podía conllevar sanciones.
La visita final de los casamenteros se denominaba "Bata ayak". Durante esta reunión, se discutían todos los detalles organizativos de la futura boda: fecha, importe de los gastos, composición de la dote, etc. También era entonces cuando la parte del novio entregaba el "Kalyn mal", un rescate por la novia, expresado, por regla general, en la transferencia de ganado. Para las familias de bajos ingresos, lo habitual era enviar de 5 a 6 vacas, mientras que las familias adineradas podían enviar una manada de cientos o incluso miles de caballos. "Kynamende", "Uryn kelu" o "Kyz kashar": el primer encuentro.
Tras todos los rituales de emparejamiento, el futuro novio podía visitar a su futura esposa por primera vez. Para ello, debía enviar un regalo, "oli tiri", como muestra de respeto a la familia de la novia, tras lo cual podía ir al pueblo donde vivía la joven. Según la costumbre, el novio llegaba al anochecer, supuestamente en secreto, pero al día siguiente se celebraba una fiesta juvenil con bailes y canciones. Los jóvenes se conocían, y la novia le regalaba a su amado un pañuelo como prueba de su inocencia. Si tras conocerse, el novio o la novia rechazaban la boda, el culpable debía devolver todo lo entregado y pagar una multa adicional. "Uzatu toy": boda de la novia y despedida del hogar familiar.
El día señalado, se celebra la boda de la novia (Uzatu toy) en casa del padre de la novia: una celebración especial en la que la novia se despide de su familia, padres y pueblo natal. Una gran delegación del novio llegaba, generalmente de 15 a 20 personas.
Uno de los momentos más destacados de este día era la ceremonia del "Saukele kigizu", en la que se le colocaba a la novia un tocado nupcial: el saukele. Este producto solía costar una fortuna y simbolizaba no solo el estatus de la familia, sino también el comienzo de una nueva vida para la joven.
Los preparativos para la partida de la novia a casa del novio estaban en marcha: se mostraba su dote y se desmantelaba la yurta nupcial. Todo estaba acompañado de numerosos rituales, canciones e intercambio de regalos entre las familias.
La despedida de los familiares se celebraba en un ambiente solemne y emotivo. Ese mismo día, antes de la boda principal, la primera noche de bodas de los recién casados se celebraba en casa del novio, rodeada de rituales especiales y costumbres estrictamente observadas.
A la mañana siguiente, con el amanecer, la joven era enviada solemnemente a casa de su futuro esposo. Según la tradición, se le prohibía mirar atrás; esto se consideraba un mal presagio y una señal de arrepentimiento por separarse del hogar paterno.
"Kelin tusiru": una boda en casa del novio.
Cuando la novia llegó al pueblo del novio, la joven fue dejada a poca distancia de la casa. Según la tradición, debía recorrer parte del camino acompañada de muchachas locales para que todos pudieran ver a su nueva kelin (nuera). Durante el camino, la novia recibía una lluvia de "shashu" (dulces, monedas y dulces), símbolos de abundancia y felicidad.
Al cruzar el umbral de la casa del novio, debía hacerlo con el pie derecho y haciendo una profunda reverencia, de modo que su saukele (un tocado alto) casi tocara el suelo. Este gesto simbolizaba respeto por el nuevo hogar y la aceptación de su nuevo rol.
Entonces comenzaba uno de los ritos más importantes: "betashar" (literalmente "descubrir el rostro"). Frente a los invitados reunidos, la novia se descubría el rostro por primera vez. Esto iba acompañado de una canción en la que se enumeraban los nombres de los familiares del novio, y la novia se inclinaba ante cada uno de ellos en señal de respeto. La ceremonia finalizó con la madre del novio acercándose a la novia, besándola y quitándole el velo, que luego fue cortado en pedazos y atado a un recipiente para kumis, símbolo del deseo de muchos hijos y una vida feliz.
Después, se celebró un banquete nupcial y, al finalizar, la madre del novio se quitó el lujoso saukele del kelin y se puso una kasaba, un sencillo sombrero propio de una mujer casada. Esto significó la aceptación oficial de la nuera en la familia y su transición a un nuevo estatus. La ceremonia Nike Kiyu: una boda religiosa
Al día siguiente de la boda, se celebró la ceremonia religiosa Nike Kiyu, una boda musulmana. Los novios, acompañados de dos testigos, acudieron a la mezquita. Allí se sentaron frente al mulá, quien sostenía un cuenco de agua con monedas en el fondo.
El mulá leyó una oración, tras la cual los novios bebieron del cuenco tres veces, como símbolo de unión espiritual. Luego, los testigos bebieron el agua y recogieron las monedas, como señal de la firma del contrato matrimonial. A partir de ese momento, la pareja fue considerada oficialmente marido y mujer según los cánones del Islam.
Tras las principales ceremonias nupciales, la joven esposa fue a visitar a todos los familiares de su esposo, llevándoles regalos. Allí, la pusieron a prueba de todas las maneras posibles, verificando su educación y educación. El joven esposo fue a casa de su suegro y también llevó varios regalos. Además, se celebraron diversas ceremonias para ayudar a la joven a adaptarse rápidamente al nuevo hogar. La joven pudo visitar la casa de sus padres solo después de un año.
Boda kazaja moderna
Si bien en el pasado una boda kazaja duraba al menos tres días e incluía numerosas ceremonias y rituales, hoy en día la mayoría de estas tradiciones se intentan integrar en uno o dos días. Algunas etapas se omiten o se celebran de forma abreviada, dependiendo de las posibilidades de la familia y el grado de compromiso con las costumbres.
Las novias modernas eligen cada vez más vestidos de novia europeos, pero el tocado tradicional, el saukele, sigue siendo un símbolo importante de la novia kazaja. Esto enfatiza el deseo de preservar la identidad nacional incluso en el marco de la celebración moderna.
Al mismo tiempo, elementos europeos generalmente aceptados se han incorporado firmemente a las ceremonias nupciales: cortejo nupcial, sesiones de fotos con lugares emblemáticos de fondo, banquete en un restaurante y actuaciones de artistas. Todo esto hace que una boda kazaja moderna sea similar a una occidental, pero la gente aún intenta preservar el espíritu y las tradiciones de sus antepasados, aunque de forma adaptada.