«Melodía de la amistad»: en el teatro «Astana Ópera» se celebró una velada de música estonia dedicada a Arvo Pärt y Veljo Tormis

«Melodía de la amistad»: en el teatro «Astana Ópera» se celebró una velada de música estonia dedicada a Arvo Pärt y Veljo Tormis

En el marco de la visita estatal del Presidente de Estonia, Alar Karis, a Kazajistán, se celebró en el escenario de la Ópera de Astana una noche de música estonia — profunda, íntima y simbólica. El concierto estuvo dedicado al 90º aniversario de Arvo Pärt y al 95º aniversario de Veljo Tormis — dos grandes compositores cuya obra hace tiempo forma parte del patrimonio musical mundial. Esa noche se convirtió en un puente cultural entre ambos países, uniendo al público a través de un lenguaje que no necesita traducción: la música.

La velada reunió a invitados de honor: el Presidente de Estonia, Alar Karis, y su esposa, miembros de la delegación estonia, la Ministra de Cultura e Información de Kazajistán, Aida Balaeva, diplomáticos y representantes de la intelectualidad creativa.

La ministra Aida Balaeva destacó que la música se convirtió en la continuación del diálogo creativo entre dos culturas, recordando: "El arte no tiene fronteras, une los corazones."

“Esta noche celebramos la amistad entre Estonia y Kazajistán a través de la música… la melodía de la amistad suena no solo en Astana, sino más allá”, subrayó Alar Karis en su discurso.

Esa noche, las paredes del teatro se llenaron con obras de Arvo Pärt y Veljo Tormis — dos compositores cuyas creaciones combinan lo sagrado, el folclore, el minimalismo y una profunda espiritualidad. En el escenario actuaron la orquesta de cuerdas Vanalinna Hariduskolleegiu, el director Rasmus Puur y uno de los violinistas jóvenes más destacados de Europa, Hans Christian Aavik, cuya aparición fue el eje emocional de la velada.

La redacción de Qazaq Culture conversó con Hans Christian Aavik y Rasmus Puur — músicos que esa noche fueron los portadores del alma musical estonia. Sus respuestas crean un tejido común de significados donde resuenan la historia, la modernidad y las emociones personales.

Hans, ¿qué significa para usted el programa que presentó hoy?

— Esta noche para mí es un viaje a través de la música de dos compositores muy diferentes, pero profundamente conectados. Arvo Pärt es un compositor que toco una y otra vez en diferentes países del mundo. Su obra Fratres es especial. La he interpretado en Europa, en Nueva York, y cada vez se revela de una forma nueva.

Hablando de la interpretación de Fratres — “Hermanos” — me gusta pensar que esta música suena hoy aquí en Astana porque refleja la conexión entre Estonia y Kazajistán. Hay una sensación de que existe una relación silenciosa pero muy fuerte entre nuestras culturas. Espero que el público también la perciba.

El otro ciclo de Pärt, Estländler, es simple, casi ascético, pero en esa simplicidad hay una gran honestidad y emoción. A veces, unos pocos sonidos dicen más que toda una sinfonía.

Y, por supuesto, Tormis. Su obra Curse upon Iron es un ritual, una energía, una voz antigua de la tierra. Es una música que no solo se escucha, sino que se experimenta con el cuerpo. Los golpes de tambor, los sonidos casi primitivos, son un regreso a las raíces.

Mencionó que tiene un vínculo personal con Kazajistán. ¿Podría contarnos sobre ello?

— Sí, y es una historia muy cálida. Mi amigo Ruslan Talas es un violinista de Kazajistán. Estudiamos juntos en Alemania. Es un músico increíblemente talentoso, y quiero enviarle un saludo desde aquí, desde Astana.

Para mí, actuar aquí es un honor. Es mi primera visita a Kazajistán y me ha dejado una impresión muy fuerte. Astana es una ciudad que combina una arquitectura increíble, espacio y sensación de futuro. Me encantaría regresar.

¿Qué le gustaría que el público se llevara consigo después de esta noche?

— Me gustaría que la gente sintiera que la música puede acercarnos. Une incluso a quienes hablan diferentes idiomas. Si al menos una persona hoy sale pensando “me acerqué un poco más a otra cultura”, entonces hemos logrado algo importante.

El concierto de música estonia no solo formó parte de un gran programa cultural de la visita, sino también de un proceso más profundo: el reconocimiento y respeto mutuos.

El piano regalado por Estonia a una escuela en Arkalyk, proyectos conjuntos, la atención a la historia mutua — todo esto crea un espacio donde la cultura se convierte en un lenguaje de confianza.

Maestro Puur, en su programa sonaron Arvo Pärt y Veljo Tormis, dos nombres que forman el rostro de la música clásica estonia. ¿Qué une a estos compositores?

— Este año es especial para Estonia: celebramos dos grandes aniversarios — el 90º de Arvo Pärt y el 95º de Veljo Tormis. No son solo dos nombres, son dos universos musicales. Pärt es uno de los compositores vivos más interpretados en el mundo. Tormis fue su primer maestro, solo cinco años mayor, pero con una gran influencia en su camino creativo.

Son muy diferentes, pero los une algo: ambos recurren al pasado, a capas antiguas de la música. Pärt al canto gregoriano, a la pureza y serenidad de la tradición medieval. Tormis al folclore, a las voces de la tierra, a nuestras raíces nacionales. Ambos buscan en la música algo más elevado que nosotros mismos.

Y lo más hermoso es que fueron amigos toda la vida. Maestro y alumno, dos personas que formaron la imagen de la música estonia.

¿Cómo describiría la importancia de este programa para el público kazajo?

— En este programa hay algo que llamo “el toque estonio”. Es luz, calma, espacio interior. Hay silencio, respiración de la naturaleza, aromas y profundidad. Es la oportunidad de escuchar el alma estonia a través de la música.

Me parece muy importante que esta música suene en Kazajistán. Aquí la gente sabe sentir la profundidad, por eso el programa encontró una respuesta viva.

¿Qué sintió trabajando con el escenario y el público kazajo?

— Aquí hay un ambiente increíblemente cálido. El público escuchó con mucha atención, respeto y participación. Y para un músico, eso es lo más importante: sentir que tu música es realmente necesaria para alguien…

Para concluir, quiero decir que este programa musical es el aliento del alma estonia. Y me alegro de que haya sonado aquí, en Kazajistán.


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07.12.2025