Antonio Vivaldi escribió «Orlando furioso» en 1724, inspirado en el poema épico homónimo de Ludovico Ariosto, que en ese momento ya había ganado popularidad como obra maestra literaria. En la nueva ópera, el compositor aprovechó al máximo las posibilidades de la música para resaltar la profundidad emocional de los personajes y la tensión dramática de los acontecimientos. Contrariamente a la tradición general, que suponía una fuerte orientación hacia los adornos vocales y las arias efectistas, Vivaldi se centró en el desarrollo de los personajes y el acompañamiento sinfónico. La música se distingue por la complejidad de las soluciones armónicas, los contrastes de timbres y ritmos, que enfatizan especialmente la locura del personaje principal, Orlando, que perdió la razón por el amor no correspondido a Angélica.
La parte de Orlando fue representada por Rasul Zharmagambetov y Sultan Bakytzhan, quienes lograron transmitir toda la paleta de emociones establecida por Vivaldi. Este es uno de los personajes más complejos de la ópera, ya que requiere no solo una voz limpia, sino también una profunda elaboración psicológica. Alcina en la interpretación de Tatiana Vitsinskaya y Saltanat Muratbekova se convirtió en una verdadera figura central de la obra, como había sido planeado por el grupo de puesta en escena. Su heroína es una hechicera astuta, investigadora del alma humana, magistra en alquimia, que juega con los destinos de los héroes como ingredientes en su frasco. Las artistas transmitieron magistralmente la fuerza trágica de su heroína, cuyas acciones fueron gobernadas por la sed de poder y el profundo deseo de permanecer inmortal.
La orquesta de cámara dirigida por el director de escena, el Artista de Honor de Kazajstán Abzal Mukhitdin, enfatizó los contrastes en la música de Vivaldi, desde las dinámicas tormentas de pasiones hasta los tranquilos momentos líricos. La escenografía y el vestuario de la conocida escenógrafa Manana Gunia recrearon la atmósfera de una época pasada. Los trajes militares transmitieron el espíritu de heroísmo, y los lujosos vestidos con bordados, adornados con piedras, los trajes de los héroes de fantasía enfatizaron la visión poco trivial del artista sobre el popular clásico mundial. La magia de los efectos de luz, creada por Sergei Kulak, reforzó la impresión de que la acción tiene lugar dentro de una probeta gigante, donde los héroes se convierten en objetos de experimento.
El estreno de la obra confirmó que el proyecto «Astana Ópera» teatro «Piccolo», realizado hace cinco años, continúa desarrollándose como una plataforma única para espectáculos de cámara.