Ramazan Bapov

Ramazan Bapov es una estrella del ballet kazajo que dejó una huella brillante en la historia del arte mundial. Su nombre se ha convertido en símbolo de talento, dedicación y devoción por los escenarios.

Nacido en el seno de una sencilla familia de clase trabajadora, se encontró en el mundo del arte desde pequeño. Sus hermanos fueron los Primero se dedicó al ballet y luego, como por llamada del destino, el gran maestro Alexander Seleznev se fijó en el propio Ramazan. Desde entonces, comenzó su increíble historia.

Como estudiante de la Escuela Coreográfica de Moscú, inmediatamente llamó la atención por su plasticidad, expresión y forma única de interpretación. En 1966, siendo un joven artista desconocido, ganó la plata en un prestigioso concurso en Varna, perdiendo sólo ante Mikhail Baryshnikov. A pesar de las ofertas para quedarse en el Teatro Bolshoi, Bapov regresó a su tierra natal y se convirtió en solista del Teatro de Ópera y Ballet de Kazajstán que lleva el nombre de Abai.

En el escenario no era sólo un bailarín: era un artista. Sus saltos parecían volar y la profundidad dramática de su actuación cautivó al público. La propia Maya Plisetskaya fue admirada por su forma de bailar: ligereza, brillantez, brillo y sutileza de cada movimiento.

El primer y único artista popular de la URSS en la historia del ballet de Kazajstán, representó al país en los mejores escenarios del mundo, desde Europa hasta Asia. Más tarde transmitió su experiencia a jóvenes bailarines, enseñó en Turquía y Estados Unidos y fundó su propia escuela de ballet.

En 2007, regresó a Kazajstán por invitación del presidente y se convirtió en el coreógrafo principal del Teatro de Ópera y Ballet de Kazajstán. Incluso en los últimos años de su vida se mantuvo fiel al arte, formando una nueva generación de artistas.

Ramazan Bapov es un nombre que permanecerá para siempre en la historia del ballet de Kazajstán, y su trabajo está en los corazones de los fanáticos de todo el mundo.