Eskendir Khasangaliev es un nombre que miles de kazajos pronuncian con amor. Sus canciones se han convertido en parte del código cultural país, llenando los corazones de calidez, lirismo y profundo amor por la patria.
Born En 1940, en un pequeño pueblo de Batpakkul, en la región occidental de Kazajstán, absorbió la riqueza de la música folclórica desde su infancia. Poseedor de un fascinante barítono lírico, Eskendir se convirtió en solista de la radio y la televisión kazajas, pero lo más importante es que creó música que resonó en todos los corazones.
En 1961 escribe su primera canción– “Anaga salem” (“Hola a la Madre”), y desde entonces su trayectoria como compositor. En su obra hay más de 200 canciones, romances y obras corales entre las que “Asyl Arman”, “Sagyndym Seni”, “Yesine al” y, por supuesto, “Atameken”, una canción que se ha convertido en un verdadero himno de amor por la tierra natal.
Una de las historias más sentidas está relacionada con la canción “Ademi-au”. Eskendir la dedicó a una chica a quien vio en un concierto en Karaganda. Pasaron cuatro años antes de que la volviera a encontrar en Almaty. Su nombre era Dariko y se convirtió en su esposa, musa, inspiración.